Sin pies ni cabeza

Yo soy de las que carga el pino hasta que las ramas se le doblan y tocan el piso. La expresión árbol de Navidad minimalista me produce un corto-circuito mental (junto a clásico, elegante, discreto, etc). Pero a pesar de los excesos, a mi pinito le falta algo. No tiene nada en la punta ni en los pies. Esas cosas están muy guardadas en la cabaña del jardín y las descomunales nevadas de los últimos días bloquearon el acceso. Yo no agarro una pala ni muerta y Lau opina que el árbol se ve convenientemente lindo así.

Por eso la foto está cortada (que esté movida es culpa de mi holgazanería). Al árbol le daba vergüenza. Es como para una chica salir a una cita romántica despelucada y descalza... Insólito.

( necesito que caiga más nieve para que no haya clase y yo pueda visitar los blogs)

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