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miércoles, noviembre 19, 2008

Lost

ward island collage


Si algún día me pierdo quizás esté aquí.
En una isla sin automóviles, sin calles, ni semáforos.

Con unos cuantos cottages nostálgicos como casas de muñecas antiguas.

Con pequeñas veredas peatonales que parecen sacadas de un libro.

Con jardines exuberantes y bellos pero desordenados, casi salvajes.

Con un muelle melancólico donde atracan canoas, veleros y botes tan poco pretenciosos como las casas.

Con una comunidad de artistas que tiene que utilizar el ferry para ir a la ciudad a comprar provisiones.

Con una playa pequeña para caminar al atardecer.

Con la luz más naranja.

Un refugio apacible, semi-olvidado y casi literario frente al skyline del monstruo de ciudad que es Toronto.
Me parece que allí mi imaginación se dispararía, mis sentimientos se desbordarían y me brotaría la creatividad.
Me volvería artista yo también.

Quién se quiere venir conmigo?le pont

martes, julio 31, 2007

Pero no.

En este país la gente se despepita por el verano. Toda la gente, los de aquí y los de todas partes del mundo que se vienen a tiritar aquí. Pero yo... yo, yo... Hay algo con la estación que no me termina de cuadrar. Este es mi tercer verano en Montreal y estoy tres veces más abatida que durante el primero. La lentitud mental no me la soporto ni yo misma, así que voy a hacer la lista de las razones por las que debería estar feliz:

Razones por las que debería estar feliz:

1. Picnics ( la comida por delante).

2. Lau cocina a la parrilla en el jardín y yo lo miro desde el aire acondicionado.

3. Vestirme me toma 95 % menos del tiempo.

4. Mis piecitos ven la luz.

5. Las niñas pueden jugar afuera de la casa.

6. Yo puedo jugar afuera de la casa.

7. La ciudad está primorosa.

8. Hay trillones de actividades para hacer y lugares donde ir.

Pero no.

Mientras se me quita esta cara y porque ustedes - pobrecitos - no tienen la culpa de nada (me remuerde la conciencia) les pongo unas fotos de un sitio que amo en verano, el Jardín Botánico.


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martes, julio 24, 2007

Agua dulce

{a falta de caribe...}

Lo divino de vivir en una ciudad-isla es que jugar en el agua se vuelve facilito. Hace muy poco descubrimos una gema junto al lago. Es un parque boscoso de vecindario con inmensos maples y una playa pequeña donde está prohibido nadar y muy permitido empantanarse. Piedritas, ardillas, gaviotas, patos, un muelle verde y viejo, poca gente remando sus kayaks, mesas de picnic, columpios y mucha paz conforman mi poco sofisticada felicidad.

Aquí quiero invitar a Pedro y Mariví, hijos de Roswell (iba a decir "niños" pero Pedro tiene 13, comosemeocurre!!!) para ver si porfavorcito me perdonan el haberme olvidado de sus DOS cumpleaños a pesar de que su madre me los anunció 9938837 veces y los anoté en mi calendario. Lo que pasa es que necesito que alguien me recuerde mirar el calendario... (soy patética!)... En fin, mis hijas están dispuestas a sacarle (una vez más) las patas del barro a su mamá por el bien de las relaciones diplomáticas entre ambas familia.

Pedro, perdóname. Tengo la cabeza en otro planeta. Marianne y Valeria son inocentes. Quiérelas!

En las fotos, con mis hijas está Gaëlle. Más fotos de mi nuevo parque favorito aquí.


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domingo, junio 03, 2007

Requisitos para un lugar maravilloso

Que sea sorpresa.Que tenga agua.
Que tenga memorias engatilladas y a la vez me haga olvidar.

Que dispare mi imaginación como un libro nuevo.
Que posea misterio y me sirva para jugar.
Que sea urgente compartirlo.



Nota: Ayer por fin fui buena madre, le hice caso a Valeria y le enseñé a cambiar el look de su blog. Está super contenta e hizo un post nuevo.

Nota 2: Estoy estrenando el clip de mi reader (a la derecha) con algunas cosas sobre el cierre de RCTV.



jueves, mayo 24, 2007

Rimbombante

Cuando llegué a esta ciudad no me gustó. Pasé un mes murmurando y gruñendo. En realidad fue por mil razones, pero culpé a Montreal sin piedad. Después he tenido 23 meses para pedirle perdón e ir aceptándola por bella, por acogedora y por gentil. No he parado de encontrar y reencontrar lugares que me hacen sentir bien. Mi última pasión es el Quartier Internacional:

El barrio financiero está recién renovado.

En el Callejón de las Fortificaciones (Ruelle des Fortifications) fue cerrado y transformado en un paseo muy dramático con una fuente demasiado grande y demasiado formal (primera foto). El conjunto es tan solemne que me parece divertido.

A ciertos personajes les encanta ...
y sobre todo les parece asombroso poder tocar un pedazo genuino del muro de Berlín en el mismo sitio donde estaba la antigua muralla de Montreal.
No pensé que un sitio que se llama Centro de Comercio me pudiera cautivar, pero si.

jueves, mayo 17, 2007

Tres millones de suspiros

"la botánica no es una ciencia, es el arte de insultar a las flores en griego y en latín." (J.B.A.Karr)Estos tulipanes si tienen nombres bonitos.
En serio no me gustan las citas célebres. No sé por qué traje una para empezar este post. Me dio por ahí. No tampoco sé si los tengo hasta aquí de florecitas, pero yo tendría que estar en coma para no ir en Mayo a morirme de la belleza en Ottawa. La primavera es la estación más fugaz del año y es taaaaaan liiiiiiinda...
El tulipancito blanco y azul es mío
Casi tres millones de bulbos florecen durante tres semanas en el Festival Canadiense de Tulipanes, pero fuimos en la segunda semana y encontramos la mitad desaparecidos. Una ola inoportuna de calor (del mismo que derrite los polos) se llevó a los tulipanes antes de tiempo. Fue atemorizante saber eso, pero respiré profundo y disfruté. Además, Ottawa es mi consentida.

Ella es también mi consentida.

El viaje lo hicimos con Vanessa e Iván, los amigos recién aterrizados en Montreal de quienes hablé aquí hace poco. Son perfectos. Alcanzan rápidito el nivel de tontería necesario para todo road trip que se respete. Me dolió la barriga de reírme con ellos. Vanessa adora el campo igual que yo: con las ventanas del carro cerradas ... y eso no puedo explicarlo sin perder el glamour.

jueves, mayo 10, 2007

Romantiquísima

Quisiera ser buena. Quisiera decir que los posts sobre los cerezos en flor de Vicky y Fitzianita me motivaron a recorrer los jardines asiáticos de la ciudad, pero no fue así. Lo que me motivó fue la envidia. Porque me iba a dar algo de los celos si esta primavera no encontraba mis propios cherry blossoms para contemplar. Por suerte, en el Jardín Chino y el Jardín Japonés no sólo habían cerezos, sino magnolias y manzanos rosados y blancos como para superar mis más desenfrenadas fantasías románticas.
El sitio, la luz y el momento cumplieron la cuota de gracia e indulgencia que necesitaba. Porque hoy es jueves y estoy súper sentimental y casi nada sarcástica. ¿Cómo no ponerse blandita en un sitio así? Sólo les pido que no me digan que mis fotos recuerdan la película Memorias de una Geisha porque me matan la inspiración, si? ... Sean buenos conmigo. Pónganse blanditos.
El Jardín Chino y el Jardín Japonés lucen así en primavera. Otro día
les cuento más porque estos son sitios roba-corazones.

jueves, abril 26, 2007

Colorama

{lipstick forest}

Por ser jueves lindísimo vengo con algo coqueto sobre Montreal. El centro de convenciones se llama Palais de Congres (palacio de congresos) y tiene cuatro fachadas diferentes que se integran con el exterior. Por fuera me parecía super feo. Como un proyecto de papel celofán para el colegio. Pero cuando entré dejé escapar al bebé que hay en mi y me sentí - otra vez - como en el jardín de Willy Wonka (versión original). Es decir: me volví loca. Eso sí, sólo tiene gracia si entra el sol.
Además, adentro tiene un bosque rosa, Lipstick Forest, creado por Claude Cormier en homenaje al manzano florido, el árbol emblema de la ciudad (la cabecita no dejó nunca de asomarse mientras tomé las fotos). Este edifico está en el quartier internacional, un barrio sofisticado, agitado y disparejo que me encanta y del que quiero contarles más cosas otro día. Hoy estoy dedicada a la glamorosa tarea de lavar y guardar toda la ropa de nieve y limpiar mi casa Grrrrrr......

Hablando de colores fabulosos, estoy muerta de la felicidad con esto que Caty me hizo. Gracias, Catalina. Eres un prodigio. Una gaviota pintora.

sábado, marzo 31, 2007

Dorada

{Lachine}

La primavera aterriza tímida al oeste de Montreal. Una de mis zonas más queridas es Lachine porque tiene un canal, un mercado, casas bonitas, un faro (inactivo), la esclusa, la marina, zona de picnic, un museo, ruta de bicicletas, el batobus, caminerías y mi parque favorito de toda la ciudad junto al agua. No es un vecindario snob. Es acogedor y precioso. Hoy caminé muchísimo y me enamoré más.

Los muelles están vacíos, el lago aún semi-congelado y los árboles secos. Pero estuvo taaaaaaan rico y tibio el paseo.... que me hizo olvidar cualquier estrés, preocupación o rabieta de la semana. Es como una terapia de distanciamiento para ver la vida de otro color. Quizás dorada, como este árbol:

martes, enero 02, 2007

Maskinongé Lake

{empezando con buen pie}Ayer, para celebrar el día de Año Nuevo, le puse a mis botas mis carampones* de cobarde y con buenos amigos a cada lado...

nos fuimos a jugar a Saint-Gabriel de-Brandon. El día estaba oscuro, azulado y difuso (las fotos son casi un milagro). La nieve, súper blanca y crujiente. Los valientes se lanzaron en trineo por este barranco...
j

Y corrieron para impulsarse y patinar por este trecho pulido...

Los locos merendaron hielo...

Y mi único acto de valor fue caminar por primera vez sobre un lago helado y jugar a que estaba en el Polo Norte, con otros 19 corazones cálidos de Montreal.

Me divertí mucho-mucho. Mi parte preferida fue mirar el atardecer y darme cuenta de que con gripe y todo, empezar el año junto a esta gente es la mejor de las suertes.

Por este camino nos fuimos los veinte a cenar a la cabaña y el día espléndido cerró como a mi me gusta: azucarado.


PD: Alexandra, nos hiciste falta.
l
* crampones.

Nota: Valeria contó su Navidad aquí.

viernes, agosto 11, 2006

Incomprendida

Parlamento canadiense
Advertencia: Estoy a punto de escribir otro post de esos que me hacen parecer pagada por el gobierno. Porque cada vez que voy a Ottawa me veo viviendo ahí. Porque soy como el perrito que va con la lengua afuera en la ventanilla del carro: mirando entusiasmada, como si detrás de las plazas y castillos no hubiera ningún defecto. Porque cada vez me parece más lindo este país-postal, aunque no todo lo que brille sea oro.

La cosa es que me habían advertido que Ottawa era fría y corporativa. Una ciudad gubernamental, como si lo cortés quitara lo valiente. No les voy a contar sobre los sitios turísticos ni festivales, ni mercados, ni cafés o exposiciones. Lo que veo (y leo) es que:

  • Sólo tiene alrededor de 1 millón 200 mil habitantes (combinada con Gatineau)
  • Es la ciudad con más científicos de Canadá
  • Millas y millas de agua para navegar. Y, aunque no poseas un bote, puedes.
  • Colosales espacios verdes y jardines perfectos (ya sabemos que eso de la perfección va con mi lado neurótico).
  • 50 y pico % de la gente habla inglés y 30 y pico % habla francés. Hermosa proporción.
  • Los autobuses brillan.
  • Laaaaargas cliclovías junto al agua. (se ve super lindo)
  • Museos, museos y más museos.
  • 10 kilómetros de hielo soñado para patinar en invierno.
  • Rincones que parecen el set de una película inglesa.
  • Vecindarios tranquilos.
  • El mayor ingreso promedio del país.
La preciosa esclusa de Ottawa es como una escalera.

El Palacio de Congresos y el hotel Fairmont junto al canal Rideau (lleno de peces!)

¿Fría y corporativa?... No sé…. Creo que Ottawa es la madriguera de muchos corazones cálidos y bohemios. Pero qué puedo saber yo, si apenas voy asomando la cabeza por la ventana del carro? ...