Como un cohete

{O cochete}
La cabeza me da vueltas. Hago listas de lo que me falta y luego hago listas de las listas. Hice un calendario de eventos interesantes en Montreal para ir con las niñas, pero no me alcanzan los días. Aún sin nieve la ciudad está preciosa. Nada como la tarde de la primera nevada haciendo compras en Sainte Catherine. Parecía una película. No, mil veces más lindo que una película. Caían grandes copos de esos que danzan un rato en el aire antes de tocar en suelo. La gente caminaba bellísima y la acera crujía bajo mis botas nuevas. Pasé más de media hora de espaldas a la librería, cautivada por la escena. Narcotizada por las luces minúsculas de los árboles y la música que salía de quién sabe dónde. Pensando en quién sabe qué. Me faltan muchas cosas por comprar. Por envolver. Por cocinar. El Ataque Navideño me alcanzó con retraso por estar pensando en las musarañas. Mejor corro, vuelo, porque me gusta. Me encanta la histeria de último minuto, los empujones y las colas en las tiendas. Ya sabes, Vicky, Diciembre juntas jamás será posible.