Cuatro verdades y dos mentiras

Esta foto la tomé en el Plateau, la zona con más aura bohemia de Montreal, donde hay mucha vida artística e intelectual, tiendas interesantes, cafeterías, librerías, escuelas de danza, galerías de arte, una actitud bastante relajada y donde mis hijas sin lugar a dudas quieren mudarse a vivir mañana mismo si es posible. No las podemos culpar, pobrecitas, porque el Plateau (la meseta) ha sido catalogado como uno de los vecindarios más de moda de toda Norteamérica y la verdad es que es divino, especialmente en verano, cuando se puede pasear en sandalias y no vestido de astronauta. La foto la hice para el Winter Swap que organizó Azzari y en el que me ha podido tocar intercambiar fotos con cualquier persona, pero me tocó con Caty, lo cual fue extra-buenísimo porque Caty y yo somos antiguas compañeras de juego.





Y hablando de juegos, hoy es mi cumpleaños (creo que es la primera vez que anuncio eso así, como si fuera un notición) y me acaban de dar muchas ganas de jugar un poquito con quienes pasen por aquí. Voy a contar 6 cosas sobre mi y sólo 4 serán verdad. Intenten adivinar cuáles, ok? (distinguidos miembros de mi familia y ex-novios no pueden respondan, ojo)

1. Cuando tenía 6 años, los bomberos evacuaron la playa donde estaba con mi familia por una marejada. Cuando caminábamos hacia la salida, una ola nos golpeó, me separó de mis papás y me arrastro mar adentro frente a un montón de gente que me señalaba con cara de pánico. Un salvavidas en un bote me rescató.

2. A los 15 años fui juez de línea en una copa mundial de tenis juvenil, solo porque me gustaba mucho uno de los tenistas. En un juego recibí un pelotazo en la cabeza que me desmayó y me mandó al hospital por dos días con una contusion cerebral. Y después se preguntan por que no me gustan los deportes (pero al menos conseguí el amor del tenista♥).

3. He volado en helicópteros grandes y pequeños y en un montón de aviones civiles y militares, siempre con cámara. Una vez, estando en un avión con unas 10 personas, el piloto anunció el fallo de un motor y todos los que volaban conmigo, incluyendo a mi actual marido,  se lanzaron en paracaídas. Al quedarme sola allí con otra muchacha, el piloto me dijo muerto de risa que lo del motor había sido una broma. 

4. La primera vez en mi vida que tomé un taxi sola tenía 2 años de edad. Mi papá, un despistado como pocos se han visto, me dejó en la entrada de mi colegio y se fue, sin darse cuenta de que no había clase, así que no me quedó más remedio que tomar un taxi hasta mi casa.

5. Durante 6 meses, al graduarme del colegio, viví con otros odiolescentes en una granja en Francia cerca de Bordeaux donde aprendí con muchísimo asco y resistencia a ordeñar vacas, entre otras destrezas rupestres que prefiero no recordar. Desde entonces no soy capaz de tomar leche, pero al menos mis papás consiguieron que aprendiera francés.

6. En una nota más cosmopolita puedo decir que topé con Silvester Stallone en un restaurant de New York, con John Malcovich corriendo por Central Park de esa misma ciudad y con Carolina de Mónaco en Emporio Armani de Paris. Y ninguno de ellos sabe que estuve ordeñando vacas.

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Voy a dejar ya de hablar tonterías, pero antes quiero contarles que los bellos de Unidos por un click (mis ex-alumnos del Atelier de Septiembre) me organizaron el más lindo ciber-regalo de cumpleaños que me haya podido imaginar: desde que empezó Marzo han estado publicando una foto diaria para mi, cada foto hecha por una persona distinta y acompañada con un mensaje cariñoso. Se puede ser más bonito en la vida? No creo.

En estos días recibí otro regalo maravilloso, pero se los cuento en mi próximo post. Esta ha sido una de las semanas más ocupadas de mi vida y tengo un remolino de cosas en mi cabeza mezcladas con cientos de imágenes de Japón.
Ahora les dejo besos y amapuches.

Van a adivinar cuales son las dos mentiras?
(las respuestas aquí)